David y Goliat
Malcolm Gladwell, con una cautivante profusión de historias poderosas, se enfrenta en David y Goliat (Editorial Taurus, 2013) a la mayor fuente de temor para los pastores de las iglesias pequeñas: una mentalidad que ya se siente derrotada.
¿Acaso los que parecen llevar las de perder, tienen que perder forzosamente? ¿Acaso las abrumadoras posibilidades en su contra son siempre insuperables? ¿Están forzosamente en desventaja los marginados y los apartados? ¿Nos descalifican cosas como los reveses y los rechazos? Gladwell responde a todas estas preguntas con un resonante «¡No!»
Un valiente pastor puede derrotar a un gigantesco (pero torpe) gigante con una táctica nada convencional, como una piedra lanzada (desde la distancia) a una velocidad de 240 kilómetros por hora.
El hecho de que parezca que tenemos pocas posibilidades de triunfar, junto con las limitaciones que lo acompañan, pueden cambiar a las personas, crear oportunidades y hacer posible lo impensable. Gladwell sostiene que esas abrumadoras posibilidades de fracasar pueden producir grandeza y belleza.
Para aprovechar los retos externos, no podemos tropezar con las suposiciones. Tener una mentalidad fija acerca de las desventajas aparentes, importa. La adversidad nos puede desmoralizar e inmovilizar. O bien podemos tratar nuestros apuros como «dificultades deseables» que nos fuerzan a aprender unas habilidades compensatorias, intentar unas estrategias nada convencionales y perseverar firmes en nuestros propósitos.
David y Goliat es un libro que nos puede ayudar a reprogramar nuestra mente para tener un ministerio fructífero.
Este libro es una mirada nueva a una verdad eterna: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.» (Santiago 1:2-4; vea también Romanos 12:2 y 1 Pedro 4:12-14)