Andad

Después de analizar la palabra «sentados», que aparece en los primeros capítulos de Efesios, Watchman Nee estudia en su pequeña obra clásica llamada Sentaos, andad, estad firmes el resto de la epístola a los Efesios, que está dedicado al «caminar», a la conducta del cristiano (4:1,17; 5:1,2,8,15).

La vida cristiana, aunque se halla establecida en los lugares celestiales, «es muy presente y práctica», escribe Nee, «y halla la verdadera prueba de nuestra conducta en nuestras relaciones con los demás» (4:1-3).

Los seguidores de Cristo estamos llamados a rechazar el degradado comportamiento de la cultura que nos rodea, y en su lugar, vivir en los niveles más elevados de moralidad, tanto personal como social (4:17-32; 5:3-6:9).

De hecho, debemos imitar la incomparable grandeza de Dios, manifestada en el amor sacrificado de Cristo (5:1-2). Las palabras de Pablo se hacen eco de las enseñanzas de Jesús: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto» (Mateo 5:48).

Estas expectativas, que se hallan muy por encima de los mandamientos de la ley en el Antiguo Testamento, parece evidentemente exorbitante (Mateo 5:17-48). ¿Cómo puede nadie «caminar en amor» a un nivel tan imposiblemente elevado?

La única manera, sostiene Nee, es por «el poder que obra en nosotros» (1:19; 3:16, 20; 6:10; vea también Colosenses 1:29). Solo cuando estemos «sentados» con Cristo, apoyados en «la supereminente grandeza de su poder», podremos «andar como es digno de la vocación con que fuimos llamados» (5:2; 1:19; 4:1).

«La norma más importante de todas», explica Nee, «es no “tratar” sino “confiar”; no apoyarnos en nuestras propias fuerzas, sino en su fortaleza. Porque es el fluir de [su] vida el que revela que verdaderamente estamos “en Cristo”.»

Nee compara lo anterior a aprendizaje de un nuevo idioma. Cuando alguien está aprendiendo a hablar un segundo o tercer idioma, le cuesta trabajo darles forma a las frases. En cambio, cuando cualquiera de nosotros habla en su primera lengua, o su lengua materna, las palabras le salen con facilidad y de forma espontánea, por ser quienes somos.

El secreto de la conducta cristiana al nivel de Cristo Jesús es contrario a toda lógica. Nosotros no nos dedicamos a comportarnos bien; lo que hacemos es acercarnos a la fuente del poder, la presencia personal y la actividad del Espíritu Santo, al Cristo Vivo en nuestro interior (5:18; vea también Juan 15.4-5 y 2 Corintios 3:17-18). Entonces, el amor de Cristo fluye por todo nuestro ser, expresado en un nivel más elevado de conducta que todo cuanto habríamos podido lograr por nuestra propia cuenta.

Y en esos momentos en que no lo hace, cuando aparece un problema en ese fluir, recordamos que se nos está transformando de acuerdo al diseño y el paso de Jesús (1:14; 2:10; Filipenses 1:6; 2 Corintios 3:17-18) y podemos descansar en su gracia y su misericordia (1;7-14; 2:4-10).

En las próximas publicaciones nos centraremos en las palabras «andad»

En esta ocasión destacamos la percepción de Nee sobre la palabra «andad».

En otras ocasiones, antes y después de esta, nos centramos en las palabras «sentados» y «estad firmes».