Poniéndonos en forma
Los seguidores de Cristo hemos sido llamados a llevar una vida de santidad.
El problema está en que queremos hacer una cosa, y con mucha frecuencia, hacemos otra (Romanos 7:15). Estamos espiritualmente «fuera de forma», sin la fortaleza interior necesaria para mantenernos firmes en lo que hemos decidido.
Todo régimen destinado a edificar la fuerza de la voluntad debe tener en cuenta nuestras tendencias personales. En ciertos momentos del día, es posible que nuestra fuerza de voluntad sea más débil. Las tareas nuevas o difíciles podrían estar drenando nuestra energía mental. Nuestras reservas emocionales podrían estar agotadas cuando estamos en medio de conflictos, ansiosos o apurados.
Por medio de un estilo de vida sano, podemos renovar las energías espirituales, físicas, mentales y emocionales que necesitamos para tener dominio propio. Podemos apartar un tiempo para leer la Biblia y orar. Podemos dormir el tiempo que nos haga falta. Podemos comer de una manera saludable. Podemos incluir los momentos de relajamiento y de descanso en nuestra agenda.
Como sucede con el condicionamiento físico, también podemos fortalecer nuestra fuerza de voluntad por medio de los ejercicios. Para comenzar, podemos dividir la virtud que deseamos en pequeños segmentos; formas componentes más pequeñas de la conducta. Podemos practicar una forma de conducta manejable hasta que se convierta en hábito. A medida que vamos añadiendo otras formas menores de conducta, una a una, nuestra fortaleza volitiva se desarrolla, hasta que llegamos a ser capaces de todas las formas de conducta que comprende una «gran» virtud.
Cuando nosotros «ponemos toda diligencia» en suplementar nuestra fe con virtud (2 Pedro 1:5-7), Dios está obrando para motivarnos y fortalecernos (Filipenses 2:13) y nuestro dominio propio se está desarrollando como fruto del Espíritu (Gálatas 5:23).
Así nos estamos poniendo en forma para vencer a las tentaciones, soportar los reveses y perseverar en medio de tiempos difíciles.
Las ideas para este artículo han sido obtenidas en un artículo de Bradley Wright
Publicado en Christianity Today (mayo de 2017): “Can you Control Yourself?”
[«¿Se puede controlar usted a sí mismo?»]