Los currículum que califican
Los nombramientos actuales, como «junta de gobierno» o «equipo de líderes», no son bíblicos. Sin embargo, hay una clara orden de que haya líderes dignos de confianza y calificados en la Iglesia.
En el Antiguo Testamento, los hombres que eran líderes de una población se reunían «en la puerta» para tomar decisiones y resolver disputas (Rut 4:1). Unas ilustrativas circunstancias que se presentan en el Nuevo Testamento presentan a los líderes en quienes se confiaba, reuniéndose en consejo a fin de tomar decisiones para toda la comunidad (Hechos 6:2-6; 13.1-3; 15:1-35).
Las personas que sirven en un grupo gobernante deben ser personas calificadas. Deben dar testimonio personal de salvación (2 Timoteo 3:14-15). Deben llevar una vida que refleje el Señorío de Jesús (Éxodo 18:21; Hechos 6:3; Hechos 11:24; 1 Timoteo 4:12).
Los líderes que tienen un currículum que los califica se hallan comprometidos con la iglesia como miembros constantes en cuanto a su asistencia y a sus ofrendas (Hechos 4:36-37). Con sus dones y sus capacidades, contribuyen de forma activa a la obra de la iglesia para la gloria de Dios (1 Pedro 4:10-11). Se les reconoce su sabiduría, expresada con bondad y delicadeza (Hechos 6:3; 2 Timoteo 2:24-25).
Las personas que ocupan puestos de liderazgo deben estar dispuestas a entregarse a la obra de gobernar. Esto exige una importante inversión de tiempo y de energía (2 Timoteo 2:3-7).
Las iglesias saludables no surgen de la nada. Son el producto de unos líderes esmerados que a su vez, inspiran a otras personas a participar en su labor (1 Corintios 11:1; Filipenses 3:17; 2 Timoteo 3:10).