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hope for churches in stress

Los cambios en la forma de medir

Son pocas las iglesias donde toda la familia de la iglesia se halla presente todos los domingos.

Aun así, la mayor parte de las personas asisten una o más veces al mes. En las iglesias más pequeñas es útil llevar la asistencia de cada persona, mes tras mes. De esta manera se cuenta a las personas con una medida más completa (y alentadora).

Además de esto, es bueno «podar» el directorio de la iglesia con menos frecuencia. En la parábola de Jesús sobre la higuera que no daba fruto, el viñador no quiso cortar el árbol. Lo que hizo fue cavar alrededor de él, abonarlo y esperar un año más, para ver si daba fruto (Lucas 13:6–9).

Cuando las personas no están asistiendo de manera regular (o nunca asisten), es bueno mantenerse en contacto con ellas, sin presionarlas ni mantener expectativas. Al mantener sus nombres en el directorio durante un tiempo, la iglesia recuerda que se debe acercar a ellas con un amor gentil, comprensivo y paciente.

Si se cuenta mensualmente, una asistencia semanal de cincuenta personas se puede duplicar hasta cien. Y si se amplía el directorio, su número se puede duplicar nuevamente, hasta tener cerca de doscientas personas.

Podrá parecer que estamos jugando con los números. Pero la imagen completa de la familia que compone una iglesia reconoce que las personas se hallan en diferentes etapas de desarrollo espiritual, o de desánimo, pero que todas ellas necesitan el amor incondicional de Jesús, expresado a través de su pueblo fiel.

La iglesia que imita al Buen Pastor se preocupa por los atormentados y los extraviados (Lucas 15:4; Mateo 9:36; 1 Pedro 5:1–4). Necesariamente, esto significa contar a las personas con unas medidas adecuadas, esforzándonos por abarcarlas a todas con amor.

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